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Reservas políticas para las mujeres en el Parlamento: Ruanda

La cuota de género del 30% de Ruanda condujo a la mayor proporción de mujeres en el gobierno del mundo

6 de junio de 2023
Autor: Ritwick Dutta

La nueva constitución de Ruanda de 2003 introdujo una cuota de género del 30% para todos los cargos electos del gobierno. Esta política pretendía promover la igualdad de género y aumentar la representación de las mujeres en los puestos de toma de decisiones. El mandato allanó el camino para importantes reformas dirigidas por mujeres parlamentarias, como la igualdad de acceso a la propiedad de la tierra y leyes laborales para la igualdad salarial.

Tras el genocidio de 1994, Ruanda se rigió por un acuerdo de paz patrocinado por las Naciones Unidas y protocolos introducidos por el Frente Patriótico Ruandés. En 2003, el gobierno del presidente Paul Kagame implantó una nueva Constitución, que incluía el artículo 10, una cuota de género para garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones. Antes del genocidio, las mujeres de Ruanda tenían un acceso limitado a la educación y a las oportunidades profesionales, y sólo el 19% de los representantes políticos eran mujeres. Sin embargo, debido a que la población posterior al genocidio pasó a ser entre un 60% y un 70% femenina, aumentar la participación de las mujeres en el gobierno se convirtió en una necesidad.1

Ruanda tiene un parlamento bicameral con cuotas obligatorias de representación femenina tanto en la cámara baja como en la alta, a nivel nacional y subnacional. La ley establece que el 30% de todos los cargos electos en los órganos decisorios a nivel nacional y subnacional, incluidos 24 de los 80 escaños de la Cámara Baja del Parlamento, deben estar ocupados por mujeres. Los escaños reservados de la Cámara Baja son elegidos por un colegio electoral especial compuesto por votantes de los consejos locales de mujeres y de los consejos de distrito.2 Los consejos locales de mujeres y los consejos de distrito son elegidos por ejecutivas de distrito que han sido nombradas por el Consejo Nacional de Mujeres y la Oficina Nacional de Sectores (una subdivisión de los distritos). El Consejo Nacional de Mujeres de Ruanda es una organización de base que representa a las mujeres a nivel comunitario, y sus miembros son elegidos mediante un proceso democrático a nivel local. La Oficina de Sectores de Ruanda es el órgano administrativo y ejecutivo a nivel sectorial, y sus miembros son elegidos mediante un proceso democrático cada cinco años.

Además de la cuota, existen cuotas de género voluntarias para los partidos políticos y el gobierno se comprometió a que se nombraran mujeres para puestos de liderazgo (es decir, ministras, funcionarias de área local y jefas de policía).3

Aplicación

Las mujeres ruandesas, que asumieron funciones de liderazgo en la sociedad civil tras el genocidio de 1994, desempeñaron un papel fundamental en la defensa de la participación política en el gobierno.4 Influido por la defensa de la sociedad civil, el presidente Paul Kagame introdujo una cuota de género en la Constitución de 2003, y ese mismo año se celebraron las primeras elecciones.

Coste

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Evaluación

Tras la aplicación de la política de cuotas de género, en las primeras elecciones (2003) las mujeres obtuvieron el 48,8% de los escaños.5 Esta cifra aumentó al 56% en las siguientes elecciones de 2008. En las elecciones de 2013, las mujeres ocuparon el 67% de los escaños, incluidos 26 de los 53 escaños no reservados disponibles, además de los 24 escaños reservados y los escaños para jóvenes, lo que supuso un total de 51 escaños en el Parlamento. Además, aunque no es obligatorio, el 42% de los miembros del gabinete, el 32% de los senadores, el 50% de los jueces y el 43,5% de los escaños de los consejos municipales y de distrito están ocupados por mujeres.6

Desde la introducción de la reserva, las mujeres parlamentarias han contribuido a la revisión del Código Civil, que ahora establece la igualdad de derechos de herencia y sucesión entre hombres y mujeres, así como a la eliminación de cualquier forma de discriminación en las leyes que rigen los partidos políticos y los políticos. Las parlamentarias también han puesto en marcha leyes laborales sobre igualdad salarial y violencia de género, acoso y discriminación en el trabajo, igualdad de derechos para acceder a la tierra y poseerla, y prevención y castigo de la violencia de género y la violencia contra los niños.7 Asimismo, los estudios realizados entre 1997 y 2009 sugieren que las cuotas de género han conducido a un aumento general del empoderamiento y la autonomía de las mujeres como sujetos económicos en la sociedad.8

Sin embargo, las cuotas de género por sí solas son insuficientes para lograr una participación política y cívica igualitaria. Por ejemplo, los estudios han constatado que las mujeres parlamentarias siguen estando en desventaja debido a:

  • Aplicación limitada de las leyes de igualdad de género, como los Derechos de Herencia de la Propiedad de la Mujer.
  • La falta de financiación de la campaña crea obstáculos para la financiación de folletos, alojamiento cuando se viaja y otros gastos de la campaña.
  • Insuficiente formación y habilidades técnicas a disposición de las mujeres para participar eficazmente en actividades políticas.
  • La persistencia de estereotipos de género y actitudes patriarcales (es decir, que el papel principal de la mujer está en el hogar y en el cuidado de la familia, y que se considera a las mujeres menos capaces de liderar que los hombres).

Además, ha habido informes de mujeres que aspiran a cargos políticos y que, por consiguiente, están menos en casa, que se enfrentan a la violencia de género en el hogar.9 Junto a las cuotas de género, se requiere la aplicación de leyes de igualdad de género, el aumento del acceso a la educación superior, la mejora de la financiación de las campañas, la realización de sesiones de formación sobre liderazgo y oratoria, y el refuerzo de las habilidades y capacidades técnicas de las candidatas y líderes electas.10

Referencias

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