En comparación con otros países de la región árabe, el sistema de protección social de Túnez está bien diseñado. Presenta regímenes contributivos para una gran parte de la población activa y las personas a su cargo, y regímenes no contributivos en forma de subsidios universales, transferencias monetarias específicas y seguros sociales de enfermedad para la población pobre y vulnerable.1
Tras la revolución de 2011 en Túnez, se reforzó el derecho a la protección social en virtud de los principios de justicia social. El derecho a la cobertura social está consagrado en la Constitución desde 2014.2
En 2019, el Ministerio de Asuntos Sociales integró todos los programas de protección social en un único programa paraguas, Amen Social. El programa incorpora programas preexistentes, como el Programa Nacional de Ayuda a las Familias Necesitadas (PNAFN), la Asistencia Médica Gratuita (AMGI) y el Programa de Acceso a la Asistencia Sanitaria a Precio Reducido (AMGII), y los amplía para incluir a una franja más amplia de la población. Amen Social es una ampliación del concepto de protección social e incluye medidas que van más allá de los ingresos, como la salud, la educación, el acceso a los servicios públicos y las condiciones de vida.3 Amen Social tiene dos pilares: la asistencia social y los seguros sociales.
- La asistencia social la presta el Estado a grupos específicos (personas con bajos ingresos, personas con discapacidad y personas en el sistema estatal de asistencia). Incluye el PNAFN, que proporciona transferencias monetarias a los grupos vulnerables y de bajos ingresos, y el AMGI y el AMGII, que proporcionan acceso subvencionado o gratuito a la asistencia sanitaria a quienes no están cubiertos por un seguro médico, con el objetivo de alcanzar la cobertura sanitaria universal.4
- Los seguros sociales los proporciona el Estado a través de las cotizaciones de los ciudadanos en forma de impuestos. Comprende tres regímenes: (1) la Caja Nacional de Pensiones y Seguros Sociales (CNRPS), (2) la Caja Nacional de la Seguridad Social (CNSS) y (3) la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad (CNAM). La CNRPS y la CNSS ofrecen cobertura en materia de pensiones, invalidez, accidentes de trabajo, defunción, maternidad y paternidad a los trabajadores del sector público y privado, respectivamente (aunque existen prestaciones diferentes para las distintas categorías de trabajadores). La CNAM proporciona cobertura sanitaria, en particular por enfermedad, accidentes y enfermedades profesionales, a todos los trabajadores empleados formalmente (estimados en el 56% del sector privado en 2019).5,6 Existen subsidios universales para los productos básicos esenciales (normalmente alimentos, transporte y combustible).
Aplicación
El sistema de protección social de Túnez surgió en los años 60 y se ha ido reforzando con el tiempo para ser más completo y adaptarse a las nuevas condiciones laborales y sociales. Durante la revolución de 2011, se volvió a reconocer que la asistencia social seguía excluyendo a algunos de los hogares tunecinos más vulnerables, como los trabajadores informales, las poblaciones rurales, los jóvenes desempleados, las personas con discapacidad y los trabajadores inmigrantes.
El Ministerio de Asuntos Sociales supervisa todos los programas de protección social señalados en el apartado anterior (tanto la asistencia social como los seguros sociales), aunque cada programa se gestiona a través de un fondo de programas independiente.
Los seguros sociales son administrados por la CNRPS para los trabajadores públicos, y por la CNSS para los trabajadores privados. Las cotizaciones médicas de los trabajadores formales se gestionan a través de la CNAM.
La ayuda indirecta (y universal) (en forma de subvenciones) se transfiere a través del Fondo General de Compensación (FGC), creado en mayo de 1970 para controlar los precios de ciertos alimentos básicos.7 Desde 2013, los trabajadores sociales del Ministerio de Asuntos Sociales realizan un mapeo de los beneficiarios de la asistencia social con el objetivo de crear una base de datos exhaustiva, apoyada ahora por la iniciativa del número de identificación social (SIN). La elegibilidad de los beneficiarios se confirma a través de una prueba indirecta de recursos, que está diseñada para reducir los errores de inclusión (incluidos los beneficiarios no seleccionados) y exclusión (excluidos los beneficiarios seleccionados).8
Coste
El Ministerio de Finanzas tunecino asignó a la seguridad social mil millones de dinares tunecinos (TND) (2.800 millones de USD), aproximadamente el 5% del presupuesto de 2022.9
En 2021, el coste total del programa Amen alcanzó los 259 millones de USD, de los que 229 millones correspondieron a transferencias de efectivo.10 Al mismo tiempo, se destinaron 3.100 millones de TND (aproximadamente 1.100 millones de USD al tipo de cambio de 2021) a subvenciones: 2.200 millones de TND (aproximadamente 800 millones de USD) a productos básicos (por ejemplo, alimentos)], 500 millones de TND (180 millones de USD) al transporte y 400 millones de TND (aproximadamente 150 millones de USD) al combustible.11
Las cotizaciones de la CNRPS (para los trabajadores públicos) ascienden al 23,7 por ciento del salario mensual del trabajador, del que el 14,5 por ciento lo paga el empresario y el 9,2 por ciento el trabajador. Las cotizaciones a la CNSS (trabajadores del sector privado) varían según la categoría del trabajador. Para los trabajadores no agrícolas, las cotizaciones ascienden al 27,75% del salario del trabajador, del cual el 16,57% lo paga el empresario y el 9,18% el trabajador.12 Para los trabajadores agrícolas, las cotizaciones son inferiores.
Evaluación
El sistema de protección social de Túnez suele ser elogiado como uno de los más exitosos de la región árabe, ya que integra programas complementarios y se dirige a la población tunecina en general.
Bajo Amen Social, el PNAFN ha crecido constantemente en el tamaño de la asistencia ofrecida y en la cobertura desde su creación. Desde 1987, ha crecido más rápido que el salario mínimo (aunque sigue estando por debajo). En 2021, 266.000 hogares, es decir, el 8% de la población, se beneficiaron de transferencias de efectivo y asistencia sanitaria gratuita. Los beneficiarios de las transferencias monetarias reciben 180 TND (64 USD) al mes, lo que equivale al 45% del salario mínimo, más 30 TND al trimestre por cada niño en edad escolar, como incentivo para mantener a los niños en la escuela.13 Al mismo tiempo, 620.000 hogares se beneficiaron de asistencia sanitaria subvencionada, con lo que el número total de beneficiarios de asistencia sanitaria ascendió a más de una cuarta parte de la población.14
El 75% de la población cotiza a un régimen de pensiones,15 mientras que la CNAM (seguro de enfermedad para los trabajadores formales) cubría a 8.064.733 personas, (aproximadamente el 70 por ciento de la población) en 2018.16
Sin embargo, los trabajadores del sector privado (el 79% de la población empleada, de los cuales el 56% tiene un empleo formal y el 44% un empleo informal)17 y los trabajadores del sector público (el 21% de la población empleada) no reciben las mismas prestaciones. Las trabajadoras del sector privado reciben una cobertura de pensiones menos favorable, y un permiso de maternidad más corto y peor pagado. Las diferencias salariales entre hombres y mujeres y la baja participación femenina en la población activa corren el riesgo de reducir las cotizaciones de las mujeres a la seguridad social y, por tanto, sus pensiones y prestaciones finales, y muchas pensiones siguen pagándose por debajo del salario mínimo. El seguro de desempleo sólo cubre el despido por razones tecnológicas o económicas.18
Las regiones más pobres están peor equipadas desde el punto de vista médico y, por tanto, hay disparidad en los servicios de asistencia sanitaria prestados por los distintos tipos de seguro médico y entre las regiones más pobres y las más ricas.19